¿Es la fiebre del heno?
La fiebre del heno es una alergia en la que una persona es hipersensible al polen. Los síntomas más comunes que vienen inmediatamente a la mente son estornudos, picor y ardor en los ojos y congestión nasal. Pero igual de molesta puede ser la reacción cutánea: picor, quemazón, enrojecimiento, sequedad, descamación y erupción.
No tiene mucho sentido aplicar la cultura del "no puedo" y empezar a evitar todo lo que no se puede soportar. Es mejor centrarse en fortalecer el cuerpo mediante una nutrición y unos cuidados adecuados. Es sorprendente la cantidad de personas que una vez tuvieron eczema, fueron tratadas con pomada hormonal para ello y luego desarrollaron fiebre del heno. La pomada hormonal como puro alivio de los síntomas, por tanto, que simplemente desplaza la dolencia.
¿Qué puede hacer para aliviar los síntomas de la fiebre del heno?
- Refuerce su sistema inmunitario desde dentro para que su organismo sea más resistente a los alérgenos del polen.
- Coma sano: los alimentos ricos en betacaroteno, vitamina C, cúrcuma, vinagre de sidra de manzana, uña de caballo, ginkgo y manzanilla son muy eficaces para aliviar los síntomas de la fiebre del heno. Pruebe primero la vía natural antes de tomar medicamentos antihistamínicos y antes de someterse a las prohibiciones conductuales habituales.
- Empiece su rutina de cuidado de la piel con una limpieza suave que deje intacta y nutrida la capa protectora natural de la piel. La limpieza de la piel es esencial para prevenir una reacción alérgica.
- Complemente su rutina diaria con el gel de aloe vera. Proporciona un alivio inmediato de la irritación y el picor y calma la piel irritada.
- Las cremas (faciales) acondicionadoras ayudan a restaurar la capa protectora natural de la piel desde el exterior.