Contaminación atmosférica y piel
Desgraciadamente, nuestro aire está a menudo contaminado por gases de escape, humo de cigarrillo, subproductos de procesos de fabricación (por ejemplo, ftalatos de los plásticos), partículas y smog (polvo fino que reacciona con la luz solar), entre otros. Aunque la contaminación atmosférica es un problema mundial, su naturaleza es diferente en cada lugar. Hay diferencias entre las zonas urbanas y rurales, pero también influyen el clima y la estación del año. Por tanto, la contaminación atmosférica puede variar de un día para otro e incluso de un momento a otro. En general, el aire está más "sucio" en las zonas cálidas o durante los periodos de calor.
Cuando pensamos en los efectos de la contaminación atmosférica sobre nuestra salud, la mayoría los asociamos a los efectos sobre la salud del aire inhalado. La exposición a las partículas, en particular, es una fuente bien conocida de daños en este sentido. Sin embargo, en los últimos años ha quedado cada vez más claro que la piel también sufre.
¿Cuál es el efecto de la contaminación atmosférica sobre la piel?
La piel está en todas partes y siempre en contacto directo con el aire en el que vivimos y nos movemos. La contaminación atmosférica provoca la formación de radicales libres. La niebla tóxica, en particular, provoca una alteración de la barrera cutánea y una mayor sensibilidad a la radiación UV. Esto desequilibra la piel y acelera el proceso de envejecimiento cutáneo, que puede manifestarse como:
- Manchas de pigmentación
- Tez apagada y desigual
- Arrugas
- Poros dilatados
- Piel sensible y enrojecida
- Piel seca con sensación de picor y/o tirantez (es decir, piel deshidratada)
¿Qué puede hacer usted mismo para proteger su piel?
Es muy positivo que cada vez más personas sean conscientes de que factores como el sol, el tabaco y la contaminación ambiental tienen efectos negativos sobre el estado de la piel. El remedio y el reto más importante contra los daños externos es asegurarse de que su piel está en las mejores condiciones posibles, es decir, que tiene la mayor resistencia posible.
- Para ello, cuida tu piel a diario con ingredientes suaves que dejen intacta la barrera cutánea y la refuercen. Utiliza productos ricos en antioxidantes tanto en tu dieta como en el cuidado de tu piel.
- Además, la limpieza es una parte crucial de tu rutina de cuidado de la piel. Utilice un limpiador suave que se aclare para eliminar la suciedad y las partículas de polvo de la piel. Al hacerlo, evita los ingredientes irritantes o los detergentes potentes; dañan la barrera cutánea, lo que sólo facilita la entrada de la contaminación.
- Además, aunque estés muerto de cansancio por la noche, nunca duermas con la ropa que has llevado durante el día; tu ropa también contiene contaminantes que se han acumulado durante el día.
- También es bueno exfoliar regularmente la piel para mantenerla fuerte y en forma.